lunes, 4 de agosto de 2014

Silvina Ocampo, escritora entre escritores

Un paseo dominguero por un mercadillo puede ser, aparte del sugestivo dolce far niente, fuente de una sorpresa agradable. Y ayer eso me sucedió al toparme con una pequeña joya en forma de libro. Una publicación de Emecé, editada en Buenos Aires en 1960, titulada Cuentos fantásticos argentinos. En la contraportada catorce nombres asociados a sendos relatos de carácter fantástico, más allá de lo real y de lo cotidiano. Reconocí algunos nombres como Lugones, Borges, Cortázar, Bioy Casares y Mújica Lainez además de otros autores desconocidos para mi. Entre todos sólo un nombre de mujer, Silvina Ocampo. Me sonaba, Borges la cita a menudo y también el que era la esposa de Bioy Casares. Sabía, como buen borgiano o borgesiano, de las incursiones del maestro en la literatura fantástica, que una buena parte de su obra navega entre lo increíble y lo inexplicable contado con esa capacidad de hacerlo pasar por real. 

Cortázar, Mújica Lainez y Bioy Casares también han sido lecturas que me han resultado gratificantes y espléndidas, nombres que se recuerdan con una sensación que va del disfrute a la admiración, veneración en el caso del maestro ciego. Pero jamás había leído nada de Silvina Ocampo. Algunos afirman que ella junto a Borges, Bioy Casares y Cortázar constituyen la cumbre, el Olimpo de la literatura argentina del siglo XX. Y en estos tiempos en los que el género constituye un imperativo, afortunado, en todos los aspectos de la vida, resultaba una incómoda casualidad que me faltar precisamente la dama. Así es que comencé a leer el librito por su relato La red. Y puedo afirmar que esta breve narración es magnífica, con fuerza, seductora, construyendo fantasías y miedos a partir de una anécdota. Así que como todo tiene arreglo en la vida me he propuesto leer más de Silvina Ocampo y así reparar esta injusticia que cometí con la literatura argentina. Os enlazo un lugar en el que leer un relato suyo muy breve titulado El verdugo
Por otra parte el libro lo podéis encontrar en librerías de viejo y en las páginas de venta en la Red. Eso sí os costará entre quince y veinte euros, a mi me salió por una solitaria moneda de euro, cosas del dolce far niente dominguero.

P.S. El enlace sobre Silvina Ocampo en Santa Wikipedia

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